El movimiento de fluidos ocurre en un amplio rango de escalas, desde los capilares sanguíneos a las borrascas en la atmósfera. La forma en que las sustancias son transportadas tiene un gran impacto, por ejemplo, en cómo los contaminantes llegan a lugares distantes, cómo el plancton encuentra sus nutrientes, o sobre el balance térmico que determina el clima de la Tierra.
En el IFISC desarrollamos técnicas útiles para caracterizar el transporte en fluidos y cuantificar la deformación, mezcla y la conectividad entre sus partes. Las aplicamos a contextos geofísicos, especialmente en el océano. Desarrollamos herramientas para identificar las barreras al transporte de oxígeno y de nutrientes, evaluamos las implicaciones ecológicas del transporte de larvas o rastreamos el origen de masas atmosféricas de vapor de agua transportadas por vientos.