Un nuevo estudio publicado en Science y respaldado por la Década de las Ciencias Oceánicas de las Naciones Unidas (ONU) identifica regiones clave del océano global que son esenciales para la conservación de la megafauna marina. La investigación forma parte de la iniciativa MegaMove, un esfuerzo colaborativo a gran escala en el que participan casi 400 científicos de 50 países, y rastrea los movimientos de más de 100 especies marinas, como ballenas, tiburones, tortugas y focas, utilizando datos de geolocalización y algoritmos de movimiento.
El equipo del IFISC, formado por Jorge P. Rodríguez y Víctor M. Eguíluz, aplicó la ciencia de redes y la modelización de sistemas complejos para cuantificar la conectividad de los hábitats y determinar qué regiones son más esenciales para sustentar múltiples especies simultáneamente. Según Rodríguez, «nuestro análisis identifica qué regiones del océano global se utilizan como zonas residenciales o corredores migratorios. Para decidir qué zonas deben protegerse, las hemos clasificado priorizando los comportamientos más importantes para el mayor número de especies».
La investigación revela que las áreas asociadas a comportamientos críticos, como la búsqueda de alimento, el descanso y la migración, ocupan alrededor del 66 % del espacio total utilizado por estos animales. Sin embargo, solo el 8 % de los océanos del mundo está actualmente cubierto por áreas marinas protegidas. Aunque el Tratado de Alta Mar de la ONU, firmado por 115 países pero aún pendiente de ratificación, propone aumentar la protección al 30 %, el estudio concluye que esto seguiría dejando al 60 % de las zonas críticas expuestas a amenazas como el calentamiento de los océanos, la presión pesquera, la contaminación por plásticos y el tráfico marítimo. «Como muestran nuestros resultados, proteger solo el 30 % del océano seguiría dejando al 60 % de las zonas más críticas vulnerables a las amenazas humanas», añade Rodríguez.
Además de identificar las áreas de conservación de alta prioridad, el estudio pide estrategias de mitigación complementarias. Entre ellas se incluyen la modificación de los artes de pesca, la implementación de planes de tráfico marítimo y el uso de luces disuasorias en las redes para reducir el impacto humano en la megafauna marina.
Esta investigación se alinea con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 de las Naciones Unidas y el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal (Objetivo A), contribuyendo a las estrategias globales destinadas a detener la extinción de especies amenazadas provocada por el ser humano y a mejorar la conservación marina basada en datos.
Ana M. M. Sequeira et al., Global tracking of marine megafauna space use reveals how to achieve conservation targets. Science 388, 1086-1097(2025). DOI: 10.1126/science.adl0239