Los roedores son animales que desarrollan gran parte de su vida en condiciones de luz muy baja: dependen extraordinariamente de su sentido del tacto, utilizando sus vibrisas (bigotes) para explorar el entorno y detectar, localizar y discriminar objetos. En los últimos años se ha comenzado a estudiar cómo se organiza en el tiempo la representación de los estímulos que reciben las vibrisas. Estos estudios han venido motivados por la notable capacidad de los roedores de discriminar diferentes objetos y texturas, ya que esta capacidad se sustenta sobre la precisión temporal de las respuestas neuronales y sobre la sensibilidad de las neuronas a propiedades dinámicas de los estímulos (velocidad, etc.). Aunque estas características de las respuestas se han medido tradicionalmente con estímulos bien aislados en el tiempo y el espacio, en situaciones naturales los estímulos no aparecen aislados, y cabe preguntarse cómo las respuestas a un determinado movimiento de las vibrisas se modifican cuando dicho movimiento no aparece aislado sino dentro de un determinado contexto.
Describiré trabajos recientes de nuestro laboratorio en los que hemos identificado la precisión temporal de las respuestas neuronales del sistema de vibrisas y cuantificado la sensibilidad de dichas neuronas. Hemos identificado interesantes efectos contextuales, tales como fenómenos de adaptación sensorial o comportamientos por los que el valor de un atributo del estímulo afecta a la representación de otros atributos. Estos efectos, que emergen de la arquitectura del sistema y de propiedades biofísicas básicas, tienen paralelismos interesantes en otros sistemas sensoriales e implican una profunda labilidad de las respuestas táctiles, aun antes de tener en cuenta formas más complejas y \"top-down\" de dependencia contextual tales como los efectos del comportamiento o la exploración motora activa.
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